Introducción
Si algo ha
caracterizado al dirigente político analizado en el presente libro, el Ing.
Mauricio Macri, es el desbalance entre su “virtú” y su “fortuna”, tanto en su
vida personal como en su trayectoria política.
Si lo analizamos
bajo el concepto de la “virtú”, desde siempre, bajo el cobijo de su padre
durante mucho tiempo, ha demostrado una gran dosis de incapacidad para dominar
los acontecimientos, con altos grados de inconciencia e irresponsabilidad para
manejar su vida profesional y aún más para manejarse con destreza en el arte de
la política. Ungido en “cuna de rico”, cree ser más de lo que es y muestra, y
ello se denota en sus ideas, su sentido común y en su discurso pleno de la
impunidad, que da saberse protegido por su condición social. Si podemos
imaginar una “virtú” en Mauricio Macri, tal vez tenga que ver en parte con su
capacidad y sin duda tiene mucho que ver con su “fortuna”: haber tenido la
oportunidad de ser acompañado cercanamente por personalidades y escenarios
propicios que le permitieron ocupar diversos espacios de poder y éxito en
algunos de los proyectos que emprendió.
Veremos en el
libro que esos escenarios propicios, en su carrera política, se lo brindaron en
gran parte el blindaje comunicacional y judicial que recibió de los poderes
fácticos, siendo como dirigente político fiel representante de los intereses
históricos y permanentes de la oligarquía argentina.
La “fortuna” lo
acompañó desde la cuna familiar. Nacido en una familia con riqueza y poder en
el mundo empresarial y político -los Macri y los Blanco Villegas, unión de un
inmigrante enriquecido con una aristócrata-, Mauricio desarrolló su vida
personal, empresaria y política coaligado a su padre y usufructuando su poderío
en los negocios y en las relaciones privilegiadas que siempre caracterizaron a
Franco. Mauricio era un mediocre empresario, siempre dependiente del poder y de
la guía constante y obsesiva de su padre para ver cómo se manejaba en los
negocios.
Emprendido un
camino propio, sin desligarse de las empresas de su padre, llegó a la
presidencia de Boca Jrs. en base a su dinero –era el momento de
desfinanciamiento de los clubes y se buscaban empresarios que con sus aportes
pudieran sacar a los clubes de fútbol de las crisis-, pero a punto de volverse
a las empresas de su padre por su deficiente gestión –la mayoría de la Comisión Directiva
le había rechazado un balance por notables irregularidades-, le llegó la
“fortuna”: la contratación de Carlos Bianchi como Director Técnico del club,
con lo cual llegaron los continuos éxitos para el club y pasó a un segundo
plano su deficiente presidencia.
Aprovechándose
del momento deportivo glorioso de su Boca Jrs. con Carlos Bianchi a la cabeza
del éxito, decidió emprender su camino a la arena política, en principio con
mucha cautela cuando su entonces compañero Francisco de Narváez, pasada la
crisis del 2001, visualizaba un espacio importante para una derecha neo menemista
y lo instaba a comprometerse. En el año 2003 funda el partido Compromiso para
el Cambio y es derrotado en la
Ciudad por Aníbal Ibarra, que sobrevivía a la crisis del
progresismo en la ciudad y era reelecto gracias al acompañamiento de Néstor
Kirchner, que encarnaba una esperanza para encauzar el país luego de la mayor
crisis de su historia.
Dos años después
le sobreviene la “fortuna” otra vez a Mauricio Macri. Ya la crisis del
progresismo era inexorable, Aníbal Ibarra prácticamente no tenía fuerza propia
ni parlamentaria para sostenerse y la tragedia de Cromagnon motiva la
destitución del Jefe de Gobierno por una mayoría parlamentaria, con los votos
del macrismo, de la ultraizquierda y de parlamentarios dispersos. Una
destitución parlamentaria controvertida, ya que no existía ni el procesamiento
ni la condena judicial sobre el Jefe de Gobierno.
Llegado a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad, como representante
de la “nueva (vieja) derecha”, la “fortuna” lo seguirá acompañando cuando se
liga al personaje que analizaremos también en esta introducción: el asesor
político-comunicacional ecuatoriano Jaime Durán Barba, un hombre inteligente
que lo introdujo en el arte de la política, modificó su imagen personal y dotó
a su partido –el Pro- de las herramientas necesarias para crecer en el
escenario político partidario como hoy ha crecido. No puede entenderse a
Mauricio Macri como político si no es a la luz de la capacidad –utilitarista y
amoral- de su asesor estrella desde el año 2005.
Tampoco puede entenderse la personalidad
de Mauricio Macri y como se mueve en su vida personal y política sin considerar
la figura, la relación entre ambos y la herencia material y simbólica de su
progenitor. Y ello es así aún hoy, cuando ya, como ambas partes admiten, se han
desligado afectiva y laboralmente. Mucho costó a su asesor, Jaime Durán Barba,
llevar adelante esa tarea de mostrar a Mauricio despegado de su pasado como
empresario ligado a numerosas irregularidades de sus empresas privadas en las
relaciones con el Estado.
Franco es un típico producto del
empresario inmigrante de la post-guerra, ideológicamente partidario del Estado
regulador y de políticas desarrollistas. Siempre estuvo vinculado a los
oficialismos de turno y su enriquecimiento vino de la mano de los negocios con
el Estado. Incluso estuvo ligado a los negocios turbios con el Estado durante
la dictadura militar. Mauricio, por su parte, es un típico hijo de inmigrante
rico, de ideología ultraliberal básicamente por influencia de su madre y su
tío, los Blanco Villegas.
Para Franco, a su hijo y a los Blanco Villegas siempre les interesó, más que
construir un poder empresarial, sólo la plata y la fama.
La relación entre
padre e hijo siempre fue muy especial, entre el amor y la conflictividad
constante. Esto condicionó mucho las experiencias de Mauricio, que además
siempre fue el hijo delfín preferido de su padre, aunque todo bajo su control
estricto de padre obsesivamente exigente. En ese rol vivió de la fortuna de su
padre, quien siempre fue y así se lo consideró, una persona muy generosa.
Aunque no lo era con la opinión que tenía, y manifestaba muchas veces en
público, sobre su hijo.
Franco siempre
había tenido una relación muy especial con Carlos Grosso, a quien, llegada la
dictadura militar de 1976, había refugiado en su empresa. Relata la periodista
y dirigente política Gabriela Cerruti en su libro “El pibe”:
“(…) Franco Macri estaba fascinado con el joven
profesor (Carlos Grosso) que podía desarrollar con la misma inteligencia un
plan de negocios e inversión y una clase sobre la situación política en el país
y la región. Grosso era ya parte de la Familia.
Se había casado con una secretaria del grupo, pasaba domingos
enteros en la quinta Los Abrojos y recibía el abrazo conmovido de Franco cada
vez que terminaba una de sus habituales exposiciones.
- Deciles, deciles, deciles lo que te digo siempre…
Cómo me gustaría que fueras mi hijo en lugar de este pelotudo…”.
Recién puede
afirmarse que con su definido ingreso al escenario de la política Mauricio se
despega de la influencia de su padre, aunque sigue usufructuando su herencia y
en parte sus relaciones con el poder fáctico de la Argentina que construyó
su padre en muchos años. A poco de ser electo Jefe de Gobierno de la ciudad
Franco le abrió todos sus contactos de primer nivel en China, en una gira que
realizaron juntos –contactos que luego Mauricio desaprovecharía- y, por otro
lado, varios de sus principales funcionarios, algunos que pasaron y otros que
perduran en su gestión, provienen de las empresas del grupo Macri, que siempre
Franco lideró con capacidad y mano de hierro.
Mauricio Macri
como dirigente político es heredero hoy de toda la historia de la derecha
argentina, lo cual podemos afirmar básicamente por su ideología, sus acciones
políticas y su sentido común reaccionario. Para focalizar en la historia más
reciente, es heredero de la dictadura militar genocida iniciada en 1976.
Mauricio reconoce que su modelo de Intendente de la Ciudad de Buenos Aires fue
el Brigadier Osvaldo Cacciatore, a quien conoció en 1979 cuando el Grupo Macri
firmó el contrato para la recolección de residuos en la ciudad a través de la
empresa Manliba S.A. Macri afirma que al conocer a Cacciatore le nació la
intención de gobernar alguna vez el territorio capitalino.
También es
heredero del neoliberalismo que sufrimos los argentinos durante los años ’90,
bajo las presidencias de Carlos Menem, quien, para Mauricio Macri, fue “el gran
reconstructor de la
Argentina”. Por ello su proyecto para la Ciudad de Buenos Aires y
ahora para el país tiene su centro en retomar la esencia del neoliberalismo,
como veremos detalladamente en el libro
El liderazgo de
Mauricio Macri y la creación del partido Pro es también consecuencia de la
finalización del proceso de contar con la alternativa militar golpista para
llevar al gobierno los intereses de la oligarquía argentina. Ello significó
para estos intereses la necesidad de generar una alternativa de derechas
democrática, que aún no ha tenido éxitos significativos, salvo cuando se produjo
la conversión del justicialista Carlos Menem al neoliberalismo.
Una alternativa
de derecha democrática que hace tiempo está en gestación. Y ha encontrado la
vía de expresarse en democracia a través de líderes provenientes del mundo
empresario devenidos en políticos. Una particularidad no sólo argentina, sino
una tendencia continental, con ejemplos como los de el chileno Sebastián
Piñera, dueño de la Aerolíneas LAN,
el actual presidente paraguayo Horacio Cartés, empresario tabacalero, y el ex
presidente panameño Ricardo Martinelli, dueño de una cadena de supermercados.
Para finalizar, y
camino a las elecciones a Presidente de la Nación del 25 de Octubre del año 2015, con
Mauricio Macri como candidato por el neoliberalismo, podemos decir que la
“fortuna” volvió a acompañarlo. Esta vez en las preferencias de los votantes,
al mostrar un gran crecimiento de su partido el Pro por encarnar el
antikirchnerismo más duro y reaccionario a las políticas del Gobierno Nacional.
Es muy difícil encontrar ciudadanos –salvo entre sus partidarios, la mayoría
empleados de su administración o con intereses ligados a ésta- que resalten la
capacidad de Macri como político, su administración en la ciudad o con
características especiales para ser un eficiente primer mandatario. La mayoría
de las voces ciudadanas lo colocan como el mejor y más fiel representante de la
oposición a las políticas del kirchnerismo de estos últimos doce años, más por
la negativa que por la positiva a sus capacidades o gestión pública. Muchos
ciudadanos que lo acompañan, como veremos en el libro, no avizoran los tiempos
turbulentos que atravesaría la
Argentina con Mauricio Macri como Presidente de la Nación. Su gestión al frente
del Gobierno de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires lo demuestra con creces.
II
Este volumen
otorga al asesor político y comunicacional Jaime Durán Barba un rol fundamental
en la formación de Mauricio Macri como político y ejercitando hoy un papel de
liderazgo sobre una parte importante de la ciudadanía argentina. Convirtió lo
que era literalmente un personaje gris en un dirigente medianamente pulido,
beneficiado no tanto por sus características personales –que Durán Barba
trabajó al máximo- sino por el discurso asentado en el sentido común
reaccionario que el ecuatoriano pudo inocular en un personaje al que nadie
medianamente serio auguraba un destino fulgurante en la actividad política.
Consideramos a
Durán Barba como un personaje altamente capacitado para las lides electorales
de la política, con sus teorías sobre el marketing y la forma de llegar a la
ciudadanía con escasa dosis de cultura política.
En su trayectoria
por países latinoamericanos –su especialidad- como México y Ecuador tuvo éxitos
y fracasos, pero desde el año 2005, asesorando a Mauricio Macri y a su partido
Pro hay que reconocer su exitoso recorrido. Su ideología reaccionaria fue
compatible con la de sus asesorados, empresarios exitosos devenidos en
políticos neoliberales, y además con dinero suficiente para abonar sus caros
servicios.
En la Argentina, el devenir político
lo ha llevado, con el correr del tiempo, a traspasar las barreras de un asesor
meramente comunicacional, para convertirse en un consejero político de la
“nueva derecha” macrista, haciendo resurgir en democracia a una opción
política, representante de la oligarquía en el país, que no había logrado hacer
pié como alternativa política de poder.
El libro
analizará a fondo su principal escrito, El
arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas, que Mauricio
Macri y los miembros del Pro han leído al pie de la letra y tratan de ejecutar
en toda su magnitud. Un libro que deja ver muy claro –escrito por un personaje
que no esconde sus preferencias- las tácticas y estrategias políticas de Durán
Barba, así como su concepción ideológica, pese a que sus principales argumentos
en la acción y el mensaje políticos son la despolitización y desideologización
de los ciudadanos.
III
El título de este
libro, Macri & Durán Barba. Globos,
negocios, círculo rojo y guerras sucias, además de destacar a los dos
personajes del mismo, incluye conceptos centrales en la política y gestión del
fenómeno macrista.
Los globos como
elemento marketinero, seguramente obra de Durán Barba, resalta la supuesta
inocencia y honestidad del proyecto –cuestionada duramente en este libro-, y
además se vincula con lo más preciado, los niños, y el valor de la alegría como
central, despojando a la política del concepto de conflicto. El fin es mostrar
a la política como dadora de felicidad personal, no de conflicto ni de problemas,
elaboración con alta dosis de marketing que analizaremos detalladamente como
opera según el escrito principal del asesor ecuatoriano.
Los negocios son
parte intrínseca del modelo de política macrista. Mauricio Macri es la
corporización de los intereses privados gestionando el Estado, no es ni un
gerente político como lo fue Carlos Menem de esos intereses, sino la presencia
cabal del mercantilismo privatista y de los negocios rentables e irregulares en
la sede de la administración pública. Veremos en el libro sobradas muestras de
ello, unidas al desprecio por la política, la sociedad y la legalidad. El
“Niembro-Gate”, una gota que ha rebalsado el vaso de la corrupción estructural
macrista, es una muestra palpable de cómo funciona en el Gobierno de la Ciudad “la patria
contratista de los amigos”, que antes o luego, devuelve sus favores.
Cuando Mauricio
Macri mencionó al “circulo rojo” en los medios de comunicación masivos como
representantes de intereses corporativos con poder para opinar y definir posturas
respecto al curso del país, muchos nos preguntamos de dónde había salido el
término usado por el ingeniero. Estudiando el texto fundamental de Durán Barba
que hemos mencionado, reparamos que el ecuatoriano usa es misma palabra para
designar a los mismos poderes influyentes, seguramente una denominación
utilizada en otro país donde el consultor ha desarrollado sus tareas.
Más allá de lo
anecdótico, aunque como muestra de cómo Mauricio Macri y el Pro tienen una
relación estrechísima con su consultor –que desarrollaremos en el libro-, es de
destacar que Macri con su denominación, acompañada de la descripción que tuvo
que dar antes las preguntas, dio visibilidad concreta al llamado por él
“círculo rojo” y la influencia que tenía en la oposición política al modelo de
país democrático, nacional y popular en marcha desde el año 2003.
Son los intereses
históricos de la oligarquía argentina, en el pasado sólo representada por la
oligarquía agropecuaria y su modelo de nación agroexportadora. Hoy, en un país
que se ha modernizado, esos intereses se han diversificado y sin duda aumentado
su poder de influencia en el destino de la nación, lo cual no ocurre sólo entre
nosotros sino a nivel internacional producto de la globalización, el principal
entre otros fenómenos. A la histórica patronal agropecuaria se le han unido los
intereses corporativos industriales –nacionales y muchos de ellos ligados al
extranjero- y lo que se llamaba en el pasado, y sigue vigente, la “patria
financiera”, con capacidad para poner en jaque la economía de un país frente a
gobiernos endebles. A ello hoy debemos sumarle el importante rol, producto del
avance de las comunicaciones, del brazo mediático corporativo, que tanta ayuda
ha brindado al macrismo y a su proyecto político.
Mauricio Macri,
como señalamos, colaboró –no sabemos a ciencia cierta si deliberadamente o no-
a dar visibilidad al “círculo rojo” en cuanto al poder al cual tenía que
rendirle cuentas. El kirchnerismo, por supuesto, ya, especialmente desde el
enfrentamiento del año 2008 con las patronales agropecuarias, había sufrido la
acción destituyente de ese “círculo rojo”, y con ello se había hecho patente
para la sociedad su presencia y su importancia en cuanto a su influencia en las
políticas nacionales. Ayer, el brazo ejecutor de sus intereses era el aparato
militar del Estado, hoy, son variedad de maniobras en lo económico y político,
desde lo nacional a lo internacional, que operan sobre el sistema democrático
argentino confirmando que existe hoy en nuestro país una cruel confrontación de
intereses entre dos modelos de país antagónicos.
Hablamos también
en el título de este volumen de guerras sucias. Las entendemos primariamente en
su globalidad. Es guerra sucia combatir a un adversario político sin importar
los medios, aunque estos derriben la ética y la legalidad que debe primar en
toda sociedad democrática civilizada. Y vamos a detallar cómo el macrismo ha
generado esta guerra sucia en términos políticos bajo las ideas de su consultor
estrella Jaime Durán Barba. Pero también es guerra sucia operar desde el poder
público para atacar a una sociedad y privarla de sus derechos y servicios
esenciales para vivir dignamente, lo cual lleva por ejemplo al aumento en la
rica Ciudad de Buenos Aires de la mortalidad infantil. Y también es guerra
sucia arremeter sin escrúpulos contra la institucionalidad, las reglas y la
legalidad que deben tener todos los actos de gobierno en una democracia
representativa. Por este accionar impune hoy, Mauricio Macri, es candidato a
Presidente de la Nación
bajo procesamiento judicial, luego de haber atravesado otro procesamiento y una
imputación por diversas causas en las cuales debió intervenir el Poder
Judicial.
En este extenso
libro daremos cuenta pormenorizadamente de la presencia en la política argentina
de los dos personajes de la película, Mauricio Macri & Durán Barba, así
como de cada uno de los conceptos que conforman el título del libro: los
globos, los negocios, el círculo rojo y las guerras sucias.